sábado, septiembre 15, 2007

Boca nadas en las palabras


Debo el siguiente trance al buen oído de mi lado. A la siempre apasionada discusión de Seryôël Dreiter quien atento a lo que se eleva vuela. Así, dedico al viejo Humo Sapiens Guillermo Cabrera Infante (Puro Humo) y a todo fumador de la vida-muerte psicótica de la nicotina.


Image de Mme. Davis (Le cigarrete c'est une vie)


Qué sino era la muerte... como si el cigarro la hiciese, como si en nadie estará en su ojos saber que al dejar de respirar muere... Quién quiera morirse que se haga colilla o un filtro; qué se haga su tumba de nicotina... pero que jamás respire al aire, que ése, si que mata con tan sólo saber vivo... Me muero por estar despierto... por hacer del tiempo humo y el hilo ciego... por matar a tres nobles cigarros en el cenicero de porcelana, sin velorio, sin entierro.... por dejarles morir en mi boca que sin palabras les robaron su cuerpo.

5 comentarios:

Juan B. Morán dijo...

La embriaguez de la nicotina, el aroma del tabaco de pipa y esa urdimbre en el aire rodeando a un fumador. Estelas o entrañas azuladas, nieblas de cafés donde dilucidar los rostros.

El tabaco nos acabará matando pero no más que el desamor o la injusticia.

Saludos

Anónimo dijo...

*Los arbustos de carbonero y guapanto se enmarañaban,
se arrebataban las zarzamoras
entre el humo
adivinando sonrisas
compartían sus Lucky Strike.

(Recuerdos de momentos con amigos...)


Hola, un beso mentolado.

Mme. Carroll dijo...

La nicotina del maple se vende como si el maple fuera tabaco y el oro maple. La miel no es hoja; la hoja es verde, el verde es vida: no puede ser nicotina.
Prefiero morir con humo en el pecho que reventada de rabia (Echeverria me marco la vida) tras presenciar la humillacion a mi poesia, porque yo no reventaria, yo no soy personaje renacentista, no voy a estallarme el corazon ante fuerzas superiores y maleficas, yo lloraria y lloraria por dias enteros. Soy personaje contemporaneo, de una serie de television con un guion pesimo donde no se fuma en los edificios, solo en la calle y estorbandole al peaton. Pero el humo me evitara esas lagrimas. Lo se.

Abrazos.

Aulo dijo...

Un relato misterioso, sin duda, pobres colillas que mueren sin velorio, pero si morir es hacerse humo, también se muere cuando el humo cesa. un saludo

Manuela Fernández dijo...

Sentir como se va la vida como se convierte en humo, sentir la vida misma al igual que se saborea un cigarrillo, poco a poco, como sin querer, sentir la vida de otro en uno mismo, como el humo en la cara. Sentir mientras se va viviendo hasta el mismo momento de morir.