jueves, noviembre 27, 2008

Sinfonía en palma lunar

Hierson: Llegué a casa. Le encontré al reojo de la puerta. Recordé que para Gruthier una carta es una maga, y entonces la leí:

Isaac G.: M. Dreiter gatea en Francia. Ha sido complejo saber que éste comienza a tomarse la vida en serio; y ahora, siendo un bebé, comparte apartamento con un rechoncho gato. Sabe que los mininos me son insoportables, su atisbo egipcio les ha hecho faraónicamente soberbios, en fin, o mejor aún; al fin, dejé a M. Dreiter acicalando su mano en el gato y conociendo a sus nuevos padres. Decidí volver y me encuentro con que ya no hay voz ¿Me cobra cara la renta de un cuerpo? A diferencia de lo ufano que es vivir, mi interés en usted es aún de existencia, como alguna vez me dijeron al oído en cierto Cabaret Místico: “la estancia esconde al cuerpo; es ansia y a la vez laberinto del alma”.

Como sea, estoy por regresar. Evito al por mayor el pago de impuestos, suficiente he tenido con no tener cuerpo; ahora, teniéndolo no pagaré por sobrevivir. Conseguí un boleto gratis, me escudriñé en las maletas de una de sus vecinas, no se imagina el fastidio que es viajar entre vejestorios y ropa. Le dejo mi penúltima nota escrita hace días en Luzy sur Marne en Haute Marne, quizá pronto reciba mi confirmación de regreso; por favor firme de recibido la paquetería:


Desfilan en hileras, uno a otro se encuentran confundiéndose por sombras en teclas oscuras. Avanzaban continuos, sus dedos y aullidos. Y mi piano, su garganta. Una anciana voz se filtra entre las nubes de niebla. Secreto revelado: ¡Los magos existen! Figuren sus manos el abandono en el aire. En el suelo apenas sí se distingue un cello recién estrellado por notas fugaces.

Le vi orar. La dama confunde, en el azar, su suelo azul y un zapato de hule. Los detalles son horas vacuas, bastará con que le confiese que aún no logro corporalidad. Sobrevivo en su voz, y quizá es la voz pérdida un encuentro; mis palabras, instantes bíblicos, viéndonos aquí nuevamente. Al no firmar con su nombre propio cada letra, deja entrever mi ausencia en su rostro.

– ¿De dónde es hoy? Del presente, me respondo agitado.

– ¿Dónde ensayé su huida?…


Isaac G.

Marné, Francia, noviembre 2008


Image: "El Piano" de Rvben Fventes



***

Hierson: Aún no comprendo qué deseó escribir sobre la huida; aún menos su intento de sinfonía ¿Mi palma? Ésta es tan pequeña como la luna, no le caven pentagramas ni tumbas. Si el cuello ha sido piano, deje de estrangularse la paz y llegue pronto, pues ahora le harán imagen o foto. Imagínese que recién caminando por el río encontré al hombre de lapices... lo rehizo, aún sin forma, aún en la ausencia... él es Rvben. Por ahora he tomado cursos de ausencia y releo "Rayuela"...



Con cariño,

Hierson



jueves, noviembre 13, 2008

Last Time by Moonlight

an barav. an kaarantim Seym altag las la vorsé

Hay voces que habitan en algún epígrafe de la ausente mirada; a ellas, voces de mil aromas, bastará con sólo tocarles desde el silencio de un mediodía.


En la hoja que escribe el viento y endurece al caer el otoño

se viven las palabras a distancia

A ellas, el diálogo entre luz y cielo, entre voz y hielo, entre tiempo y éste yo desvaneciéndose.


Filtrado entre las nubes… nos brillan sus palabras…


se llega asir, aún sin ser-siendo.