A Seryöêl Dreiter
Qué hicimos para que toda palabra se izara
muerta,
para el asir no dé latido a la voz
desierta.
¿Qué hicimos en la mirada que soñaba?
Que desfallece en ojos de la vigilia.
Qué hicimos para pensarnos dos,
desde el hilo del “uno o yo”.
¿Qué hacemos del lamento advenido,
de la llegada imprecisa,
del zigag del silencio?
(¿Qué hicimos, que hizo al hacer, un cegar danzante?)del zigag del silencio?
Que oscurece, ya solo, al paso del descalce…