jueves, diciembre 28, 2006

He pensado mucho en usted. A diario regresa a mi cabeza, fortuita, como suspiro, y pienso ¿Qué hará ahora? ¿La volveré a ver algún día? La respu.está escondida en su boca –entre sus labios– que me enamoran de La Habana, el tabaco y su olor a.mar.

He exagerado en pensar, quizá era más sensato el silencio. Con él, el deseo de las palabras es clandestino. Sin soplo no hay vida ni aquello que pasó después, que es ahora. La experiencia del creador pesa, terminamos su obra, nombramos a los “otros” bajo nuestra aprehensión. Sin embargo, usted, vos y yo nombramos el alejamiento y la pequeña huída con el misterio de un juego de palabras:

1 comentario:

Luis Vence dijo...

Buscar un lugar en el que aún la palabra siga siendo misterio,
y no sólo gastada etiqueta.

Quedan pocos lugares así, quizá ninguno, quizá presiento que tu lugar pueda ser uno.

Gracias Isaac por intentarlo.